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Toni Kroos saca a Zinedine Zidane de un apuro



OPINIÓN 

El Real Madrid no tuvo un plácido regreso al Santiago Bernabéu. La última vez que el equipo blanco pisó ese mismo césped fue, con permiso del Stade de Reims, cuando acudieron a celebrar la Undécima con su afición, y lo cierto es que no se pareció en nada a esta noche de verano. Ni mucho menos. Un Celta de Vigo muy serio y con las ideas muy claras sorprendió a los blancos con una presión individual por todo el campo ante la que no supieron reaccionar. Creaban ocasiones, pero nunca estuvieron cómodos sobre el césped. La calidad la tenían, pero no la inercia ganadora ni dominadora. Hubo de sudar cada punto sumado en este debut en casa.

A ello colaboró Álvaro Morata con el 1-0. Su último gol en partido oficial en el coliseo blanco fue en esa misma portería sur, pero con la Juventus y ante Iker Casillas. Un año y medio después, repite gol, repite portería, e insiste en su progresión. Con su talento y su experiencia, está a dos detalles de ganarse definitivamente a todos: el primero, volver a encajar a la perfección en el engranaje atacante del equipo blanco después de jugar dos años en Italia con movimientos y compañeros diferentes; y segundo, diluir la ansiedad del que quiere demostrar a base de goles. Esto último lo logró ante el Celta. Con ello superará también el primer obstáculo. Más pronto que tarde, seguro.

Así fue el partido de Morata 

Sin embargo, con todo lo que le costó al Real Madrid adelantarse en el marcador, apenas lo perdió en tres minutos. Merced a un golazo de Orellana. Vuelta a empezar. Y ahí se dio una circunstancia extraña, con Zidane sustituyendo a Modric por James Rodríguez, cuando el croata puede pasar por ser tranquilamente el cuarto jugador más importante de esta plantilla. Tras eso, Morata dejó su lugar a Mariano, que fue el último futbolista en ser confirmado para la presente temporada. Unido a que el Real Madrid sólo se despegó de la pegajosa presión celeste cuando los jugadores visitantes empezaron a acusar el cansancio, queda la sensación de que si el Real Madrid sumó los tres puntos finalmente fue por el arrojo de sus futbolistas, pero no tanto por las herramientas que les trasladaron desde el banquillo esta vez.

Sea como fuere, y antes siquiera de que ese debate empezara a crecer, Toni Kroos sacó a Zidane y a todo el Real Madrid del apuro. Jugando los últimos minutos sin Keylor Navas, Pepe, Modric, Isco, Morata, Benzema ni Cristiano Ronaldo, tuvo que aparecer el germano a pase de Lucas Vázquez. El ‘8’ embocó a gol desde la corona del área, como si el fútbol se tratara de un deporte de precisión más cercano a los dardos o al golf que al despliegue físico y táctico que requiere el balompié. Justo a tiempo, justo por el único hueco por donde podía entrar ese balón, justo resultado al final.

Fuente: One Football

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