El Madrid pasó el trago
El Real Madrid domó a Osasuna cuando quitó al tercer central. Gol y partidazo de Sergio León. Lesión escalofriante de Tano. David García rompió a Danilo. Keylor, decisivo.
Pasan los años y El Sadar no pierde su condición de escenario vietnamita para el Madrid. La atmósfera le encoge sobremanera y agranda a Osasuna, aun en tiempos de carestía máxima como los que vive el conjunto navarro. Así que, más que ganar el partido, el Madrid pasó el trago cuando se reordenó con un defensa menos, adelantó a Isco y metió a Lucas Vázquez. Para entonces las fuerzas ya habían abandonado a Osasuna, que gastó demasiada gasolina en la primera mitad.
Ese efecto recuerdo llevó a Zidane a darle a Osasuna un tratamiento impropio de colista. Salió el Madrid con tres centrales y Danilo y Marcelo como laterales de largo recorrido, sistema plegable y homologado ya hace semanas y que responde a la poca atención que prestan a su espalda los dos laterales. Una pérdida de Danilo le costó el 1-1 al Madrid, que quedó desairado porque andaba en maniobra de ataque cuando el error acabó en pase larguísimo a Sergio León y definición de alta costura de este. Con un Madrid muy reforzado en el centro, Lucas Vázquez ofrece mejores perspectivas que Danilo.
En general se jugó a lo que quiso Osasuna, que cambió de banda a sus extremos, Jaime y Berenguer, y propuso un partido sin cortesías, ni treguas, con fútbol del norte, recio y de raza. Vasiljevic ha sido el misionero de su fe. Resulta. El equipo fue capaz de sobreponerse a escalofriante fractura de Tano y al gol de Cristiano, producto de un buen desmarque y de un tiro cruzado del montón que se escurrió bajó el cuerpo de Sirigu. Fue un pecado con enmienda, porque poco más tarde le paró a Benzema un remate a dos metros.
Sergio León
En cualquier caso, el partido no fue entrañable para el Madrid, al que tardó en refrigerar Modric y que no se libra de los intervalos nubosos de Cristiano y Benzema. Osasuna, en cambio, no fue un colista de porcelana. Apretó, dio carrete a sus extremos y lució a Sergio León, un nueve de finas maneras y con un buen punto de peligro. Keylor le negó dos veces el segundo gol con dos paradas que salvaron su buen nombre.
La lesión de Danilo, en brutal entrada de David García, colocó el partido en dirección contraria. Entró James, el Madrid se reestructuró con una defensa de cuatro y adelantó a Isco como mediapunta. El delfín volvía al océano. Una aparición suya en una jugada en la que Benzema había perdido ya el alumbrado puso en ventaja al Madrid en medio de aquella maleza rojilla.
Osasuna se quedó sin ventilación y perdió de vista a Sergio León. Y el centro del campo del Madrid fue haciéndose de seda, alargando las combinaciones, quitándole la esperanza al rival, en definitiva con la mejoría de Modric.
A Cristiano le quitaron un penalti y el Madrid hasta hacer el blanco definitivo en el descuento, pero sostuvo el liderato virtual que por unas horas entregó al Barça, pero quedó seriamente advertido de que necesitará presentarse mejor vestido ante el Nápoles.
Fuente: AS
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